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Los microorganismos de las turberas del alto Iregua pueden ofrecer soluciones para la salud y la industria

Los microorganismos presentes en las turberas del alto Iregua pueden ofrecer soluciones para la salud y la industria por la gran diversidad de estos espacios. El consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía, Álex Dorado […]

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Los microorganismos presentes en las turberas del alto Iregua pueden ofrecer soluciones para la salud y la industria por la gran diversidad de estos espacios.

El consejero de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía, Álex Dorado Nájera y los directores generales de Biodiversidad, José Luis Rubio, y de Calidad Ambiental y Recursos Hídricos, Rubén Esteban, acompañados de parte de sus equipos han visitado junto al doctor en Biología y especialista en turberas, Antonio Guillén, las turberas que hay en el curso alto del Iregua, concretamente en el Hoyo Mayor, para conocer estos ecosistemas acuáticos que encierran una gran biodiversidad y tienen una alta capacidad de fijar el CO2 de la atmósfera.

En La Rioja hay catalogados una veintena de estos espacios, sobre todo en la parte alta del río Iregua. Estas turberas del Sistema Ibérico en su vertiente más septentrional forman un conjunto de ecosistemas disperso, de muy reducida extensión, pero de extraordinario interés biológico por su gran diversidad. Según Antonio Guillén son ecosistemas «extremadamente sensibles”, y a los que afectan profundamente cualquier alteración “en especial, el cambio climático».

Entre las propiedades de estos terrenos destaca su capacidad como sumidero de carbono, ya que se estima que estos espacios retienen el 30% del carbono a nivel global. Además, los procesos químicos que generan los microorganismos que viven en las turberas pueden aportar soluciones a la descarbonización o tener aplicación en procesos de i+D.

Por ejemplo, en este tipo de suelos hay microorganismos capaces de fabricar estructuras de silicio en frío, mediante procesos bioquímicos que no se conocen bien y que podrían suponer grandes ahorros de energía. También se ha estudiado en este ecosistema una cianobacteria con propiedades antivirales. En definitiva, son entornos que tienen un arsenal de sustancias químicas que pueden aportarnos soluciones tanto para la salud, como para la industria.

Las turberas riojanas en particular, presentan una mayor diversidad que otros lugares, por las características del suelo, ya que presentan tanto sustratos básicos como ácidos y por tratarse de una latitud más meridional y con inviernos menos severos que los habituales en el resto del mundo donde se registran temperaturas mucho más bajas que aquí.

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