Pablo Villoslada Blanco, investigador de la Unidad de Enfermedades Infecciosas, Microbiota y Metabolismo del CIBIR-Hospital Universitario San Pedro, defendió su tesis doctoral con mención internacional el pasado lunes 19 de diciembre, obteniendo una calificación de sobresaliente cum laude.
La tesis doctoral, denominada ‘Impacto de los inhibidores de la integrasa sobre el microbioma intestinal y oral’, ha tenido como objetivo caracterizar en profundidad la composición de la microbiota intestinal (bacterioma y viroma) y el bacterioma oral en pacientes infectados por el VIH en comparación con una población no infectada. Al mismo tiempo, la tesis ha analizado el impacto de los inhibidores de la integrasa, que son la familia de fármacos (de primera elección) que se utilizan en las personas que padecen VIH.
Estudios previos del grupo de la unidad investigadora del CIBIR demostraron que los diferentes tratamientos antirretrovirales también tienen un efecto sobre la composición y funcionalidad de la microbiota.
Los resultados obtenidos en la tesis doctoral muestran que los inhibidores de la integrasa actuales son capaces de revertir el impacto de la infección por el VIH en la inflamación sistémica, la permeabilidad intestinal y la riqueza bacteriana, alcanzando niveles similares a los observados en una población control no infectada.
Además, este trabajo describe por primera vez el impacto del VIH y los fármacos en el viroma intestinal y demuestra que los tratamientos analizados son capaces de restaurar la disbiosis intestinal tanto a nivel bacteriano como vírico.
Estos resultados sugieren un efecto protector de los inhibidores de la integrasa en la progresión de la enfermedad, en la subsecuente activación inmune y en el desarrollo de futuras complicaciones relacionadas con la edad como los eventos cardiovasculares y, por tanto, abre numerosas oportunidades para desarrollar nuevos estudios focalizados en terapias coadyuvantes basadas en la microbiota.
La tesis ha sido llevada a cabo bajo la dirección de los doctores José Antonio Oteo y Patricia Pérez-Matute y se ha realizado gracias a la beca predoctoral concedida en 2018 por la Dirección General de Reindustralización, Innovación e Internacionalización del Gobierno de La Rioja. Los resultados han sido publicados en tres revistas de prestigio del ámbito de las enfermedades infecciosas y la salud pública.
Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es considerada actualmente una enfermedad crónica gracias al uso del tratamiento antirretroviral. Sin embargo, a pesar de dicho tratamiento, estos pacientes pueden presentar un estado de inmunoactivación e inflamación crónica que parece asociarse a un envejecimiento prematuro unido a la aparición de patologías asociadas con la edad (comorbilidades no sida) que suponen un empeoramiento de la calidad de vida del paciente.
Además, es conocido que la infección por el VIH produce cambios en la microbiota intestinal y oral (microorganismos que residen en el intestino y cavidad bucal) y estos cambios (disbiosis) contribuyen a este estado inflamatorio crónico y envejecimiento prematuro observado a pesar del tratamiento.