Técnicamente hablando, la pintura es una composición que mezcla colores, luces, sombras, formas, texturas y dimensiones para expresar las emociones que quiere comunicar el autor. Es la expresión artística más antigua de la humanidad y ha servido para reflejar sentimientos, valores, situaciones sociales, perspectivas y posiciones políticas, religiosas o filosóficas.
Independientemente de la técnica utilizada, el resultado del trabajo de un artista siempre ha sido una extensión de su propia visión de la vida. Es algo que se puede evidenciar en la obra Vibrando Alto, de la joven pintora Lorena Martin, una artista mexicana apasionada por la innovación.
Lorena Martin describe su obra
Lorena Martin forma parte de los talentos que los críticos vienen considerando cada vez más como parte del auge de la pintura del siglo XXI. Bajo su firma, ha patentado una técnica denominada «alfileres e hilos sobre un lienzo de tela», que usa para construir una narrativa muy personal.
Se vale de estos elementos para conectar la realidad externa con su mundo interior aportando la visión de su filosofía de vida. Vibrando Alto es un ejemplo de ello. Se trata de una obra elaborada a base de pintura acrílica, pintura tornasol, tintura espesa con textura, mates e hilos de marte metálicos.
Al preguntarle sobre qué motivos la movieron a realizar esta obra en 2019, Martin lo explica desde un punto de vista filosófico y espiritual. A primera vista, la obra luce como una serie de ondas que recorren sinuosamente toda la superficie de la pintura. En ellas, la autora refleja las vibraciones que mueven a cada ser humano y que son las elecciones que las personas reflejan con sus actitudes.
Según ella, los individuos intentan mantenerse en una ‘alta vibración’ y para ello dependen en gran medida de evitar mostrar emociones o adoptar el ‘victimismo’. Agrega que la alta vibración es el poder de reconocer la propia responsabilidad sobre las decisiones tomadas y la capacidad de responder a diversas situaciones.
Para Lorena Martin, ‘vibrar’ desde la responsabilidad ofrece a las personas la posibilidad de ver la vida en movimiento constante, con sus posibilidades y matices. Describe fenómenos como abundancia, alegría, paz, salud, prosperidad, valentía y amor como ‘frecuencias’ capaces de elevar al ser humano y ver un mundo más interactivo.
Esta filosofía afirma que cuando las personas logran ese poder encuentran el significado de lo esencial de la vida y de sí mismas. A partir de allí son capaces de reconocer la fuerza afirmativa en todas sus dimensiones, en cada faceta de la existencia. Esta visión integral de la vida es la que expresa Lorena Martin en los 2.29 m de ancho x 1.29 alto de su obra Vibrando Alto.
El proceso creativo de la artista
A diferencia de otros pintores que buscan la inspiración en elementos de su entorno, el proceso creativo de Lorena Martin es mucho más introspectivo. De hecho, ella misma ha manifestado su deseo de convertir en consciente lo inconsciente para que otras personas puedan captar su perspectiva. Desde su niñez, marcada por la temprana partida física de su madre, ha sido una persona creativa.
Necesitada de transformar su sufrimiento interno en una realidad llena de plenitud se volcó a la pintura, el diseño, la moda y la arquitectura. Relata que fue su tía Brenda Garza, una artista a la que admiraba, quien le contagió el amor por la pintura. La necesidad de plasmar sobre el lienzo la curiosidad por crear formas y revelar verdades de su interior de las que muchas veces no era consciente.
Esta visión de la pintura es lo que se ha convertido en la columna vertebral de su proceso creativo desde entonces. Explica que comienza uniendo sus dones, talentos y oportunidades. Primeramente, abre su corazón y analiza todo el contexto del momento, lo que hubo alrededor y lo que ha impulsado el instante de inspiración.
Al identificar cada uno de los elementos comienza a hilar sobre el lienzo. Construye una realidad a partir de lo que ya ocurrió, lo que pasa en el momento y de lo que está por ocurrir. A través de los hilos, inicia un proceso de conexión que la pintora describe como ‘verdadero y amoroso’. En esta etapa, busca primeramente reconocerse a sí misma, dejando que su creatividad fluya de forma natural.
Destaca que en cada alfiler y cada hilo adquiere un ritmo, una determinada musicalización que van marcando el avance de la obra. “Es un ritmo orgánico, sutil y conmovedor que nace de su fuerza interior”, describe la artista. El resultado final son revelaciones, ideas y visiones que son capaces de sensibilizar sobre cosas de las que las personas muchas veces no son conscientes.
La diversidad de Hilos de Marte
La artista ha logrado convertir ese proceso creativo en una inagotable fuente de inspiración para crear obras originales. Incluso, ha sido capaz de desarrollar cuadros artísticos bajo pedido con esta inspiración, obteniendo como resultado composiciones originales y únicas. Todo ello se manifiesta en su galería Hilos de Marte.
En su muestra se pueden apreciar diversos temas que ha plasmado en colecciones que le sirven de púlpito para aflorar sus sentimientos. En su colección Martàn, trata de darle forma a lo elemental, a lo esencial de su sentir interior. En la colección Vírgenes, aborda imágenes con las que refleja su profunda fe religiosa, que asimiló desde pequeña en el entorno familiar.
La colección Hilos de Marte, de la que forma parte Vibrando Alto, es la más numerosa en obras y también la más diversa en temas. Aquí se pueden ver cuadros de abstraccionismo puro, formas geométricas, imágenes religiosas, paisajes y sensaciones. Todos demuestran la diversidad de facetas que tiene el talento creativo de Lorena Martin y su capacidad para expresar lo que siente. De conectarlo con el entorno para que los demás lo reconozcan y se identifiquen con esas sensaciones.