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Un estudio asocia la ausencia del receptor de células asesinas naturales a la gravedad de la COVID-19

MADRID, 22 (EUROPA PRESS) Un grupo de investigación del Centro de Virología de la Universidad Médica de Viena (Austria) ha demostrado que las personas con una ausencia parcial o total del receptor NKG2C son las […]

MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Un grupo de investigación del Centro de Virología de la Universidad Médica de Viena (Austria) ha demostrado que las personas con una ausencia parcial o total del receptor NKG2C son las más propensas a desarrollar la COVID-19 grave.

La evolución y la gravedad de la COVID-19 en cada paciente están influidas en gran medida por la interacción entre el coronavirus SARS-CoV-2 y el sistema inmunitario humano. Normalmente, la respuesta inmunitaria antiviral de las células asesinas naturales (células NK) es un paso importante para combatir la replicación viral en la fase inicial de la infección.

En su superficie, estas células asesinas tienen receptores especiales y activadores, entre ellos el receptor NKG2C, que se comunica con una célula infectada a través de una de sus estructuras de superficie especializadas, el HLA-E. Esta interacción da lugar a la destrucción de las células infectadas por el virus. Sin embargo, debido a una variación genética, aproximadamente el 4 por ciento de la población carece naturalmente del receptor de activación NKG2C, y en el 30 por ciento de la población este receptor solo está disponible parcialmente.

En su estudio, publicado en la revista ‘Genetics in Medicine’, los autores demostraron que las personas que requerían hospitalización por COVID-19 tenían una probabilidad significativamente mayor de presentar la variación genética subyacente a la falta del receptor que las personas que solo experimentaban una enfermedad leve.

«La ausencia del receptor era especialmente frecuente en los pacientes con COVID-19 que recibían tratamiento en unidades de cuidados intensivos, independientemente de la edad o el sexo. Las variaciones genéticas en el HLA-E de la célula infectada también se asociaron con la gravedad de la enfermedad, aunque en menor medida», argumentan los autores del trabajo.

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